A grueso modo, la fisioterapia en su definición más básica es masaje y deporte en base a una recuperación. Masaje por recibir un contacto pasivo de una mano externa y deporte por realizar una serie de ejercicios concretos bajo unas premisas o directrices estipuladas. La nutrición es el aporte fundamental de todo tipo de nutrientes al cuerpo; y actividad física es el movimiento corporal cíclico con una finalidad de beneficio para la persona.
¿Cómo están relacionadas entre sí?
Invirtiendo el orden tal como los hemos definido.
Por hacer una correlación básica, nuestro cuerpo tiene ciertas reservas energéticas, que ha conseguido previamente de la alimentación tanto previa como general, por lo que, puede usarla como fuente de energía para desarrollar una actividad física o deporte determinado.
Esta actividad física tiene dos consecuencias directas:
- El uso de esta energía
- La destrucción muscular
El uso de esta energía, se repone mediante la ingesta de alimentos, por lo que, comiendo vuelve a nutrirse.
La destrucción muscular, atada a la cantidad de ejercicio, puede desencadenar en necesitar desde ciertas horas hasta días de reposo (se entiende como reposo la no práctica del mismo ejercicio durante este tiempo) y haber superado la intensidad máxima que podemos tolerar, en consecuencia, además de nutrirlo y reposarlo, necesitar ayuda de una mano externa para una óptima recuperación; esta mano externa se llama fisioterapia.
Hemos hecho ejercicio, pero además de este, en el cuerpo han pasado un montón de cosas ¿Verdad?
¿Cómo establecemos un límite?
La práctica de ejercicio, siendo un deportista amateur u ocasional, nunca ha de llevarse a máximos, por lo que, nunca se llegará al casi desvanecimiento, o el tener que descansar por no poder más; esto además de ser improductivo, nos puede llegar a lesionar.
Ante dolores ajenos a las simples agujetas, debemos acudir siempre a profesionales formados como lo son los fisioterapeutas.
Y para el control corporal, más que una báscula general de las que siempre ha habido en casa, vale la pena, que el seguimiento lo analicemos por porcentaje de grasa corporal, midiéndonos mediante bioimpedancia, o mejor aún mediante el uso de un lipómetro, cuyos resultados, nos arrojaran resultados no únicamente de si estamos gordos o flacos, sino que, nos ofrecerá información referente a nuestro estado de salud vinculado a nuestra grasa corporal.